La carrera de los microchips en España: la solución al desabastecimiento pasa por impulsar la producción nacional de semiconductores
España podría convertirse en un jugador solvente de la industria mundial de los microchips. Así lo valoran la patronal y asociaciones consultadas por Newtral.es. La palpable escasez para abastecer a la creciente demanda y las interrupciones en las cadenas de suministro han puesto el foco en la necesidad de buscar soluciones para lograr la autosuficiencia y dejar de depender de los productores de microchips que concentran la fabricación al otro lado del océano.
A la tormenta perfecta de la pandemia, la globalización y el colapso logístico del transporte marítimo y los puertos se une ahora la guerra de Rusia en Ucrania. Para proveerse ante estos problemas y convertir a España en motor de la producción de microchips, el Gobierno ha aprobado el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) sobre microchips y semiconductores, dotado de 12.250 millones de euros de inversión pública hasta 2027.
Este PERTE es el de mayor cuantía del resto de los 11 proyectos contemplados por el Gobierno, lo que prueba la importancia que tiene esta industria para Europa. Esta es la radiografía del sector de los microchips y semiconductores en España.
Los semiconductores en la industria del motor en España
Los microchips son activos estratégicos para cadenas de valor industriales fundamentales. Están compuestos por un material semiconductor, generalmente silicio. A esto se debe que, en ocasiones, a los microchips se les conozca como semiconductores.
En España, la importancia de los microchips es cada vez mayor porque son elementos imprescindibles para fabricar vehículos eléctricos, cuyas ventas están en auge en un mercado a la baja debido a la escasez de semiconductores que está lastrando el sector de la automoción.
Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), la fabricación de vehículos cerró el primer trimestre del año con una caída del 17% respecto al mismo periodo del año anterior. ANFAC atribuye esta reducción a la crisis de los semiconductores, agravada por la escasez de materias primas, la guerra en Ucrania y el encarecimiento energético. Sin embargo, el principal escollo para la industria del motor son los microchips.
Según explica a Newtral.es Alfonso Gabarrón, portavoz de la Asociación Española de la Industria de Semiconductores (AESEMI), los coches que se fabrican actualmente contienen entre 4.000 y 5.000 de estas diminutas placas de silicio. “La dependencia es mayor en los coches eléctricos y los grandes electrodomésticos, también en sectores tan importantes como el logístico se utilizan semiconductores para trazar el recorrido de un paquete desde la fábrica hasta el punto de venta final”, añade Gabarrón. Además, se utilizan microchips para muchos otros objetos que utilizamos en nuestro día a día, desde el teléfono móvil hasta la lavadora.
España diseña microchips, pero no los produce
El proceso de producción de los chips lo completan tres fases: el diseño, la fabricación y el ensamblado. España, actualmente, es solvente solo en una parte concreta del proceso: el diseño. Así lo confirman a Newtral.es los expertos consultados.
“España diseña los microchips, pero manda a producir fuera [lo que se conoce en el sector como fabless]”, indica Gabarrón y añade que, aunque sí hay empresas que se dedican a producir pequeñas partes de microchips -Fagor produce una parte de sus semiconductores-, España aún no es capaz de producir en masa.
En España existen unas 120 empresas, según los expertos, repartidas por todo el territorio que se dedican a la innovación, el diseño, la simulación y las pruebas. Todo menos la fabricación del microchip. No obstante, la fase del diseño del semiconductor requiere de personal altamente cualificado e inversión. “Europa, hasta ahora, ha apostado por el diseño y el I+D y España está a la vanguardia, hay empresas que diseñan semiconductores para empresas como Tesla”, indica el portavoz de AESEMI.
Eduardo Valencia, director de Industria Electrónica y Nuevo Emprendimiento de la patronal tecnológica AMETIC, añade, por su parte, que las empresas españolas de diseño son, en su mayoría, dueñas “de la propiedad intelectual de los productos que diseñan y que, después, se envía a una fábrica fuera [lo que se conoce en el sector como foundry]”.
Los microchips en España generan puestos de trabajo, pero poca riqueza
En España, los puestos de trabajo que genera el diseño de microchips son unos 5.000, “solo para diseñar y en I+D, lo que incluye investigadores, ingenieros y otros roles semejantes”, calcula Gabarrón.
Sin embargo, la riqueza que genera el sector en España es limitada. “Es preciso hablar del PIB inducido por los semiconductores: basta mirar las industrias de automoción, la salud, la electrónica de consumo, equipos de telecomunicación, etc. Todas ellas son industrias auxiliares usuarias de chips”, argumenta Valencia.
Por poner un ejemplo, en EE.UU. se ha calculado que la influencia de los semiconductores en su PIB influye en un 12%. Y, también, que por cada empleo en la industria de semiconductores se crean cuatro en otros sectores y servicios usuarios de chips.
“En la cadena de valor de los semiconductores, el diseño es la parte que tiene más valor añadido porque si no se diseña, no se produce”, continúa el director de Industrial de la patronal. Sin embargo, para lograr la “soberanía tecnológica” en Europa hay que instalar en el continente toda la cadena de valor. “En España no podemos tener todo, pero sí ser complementarios con el resto de los países europeos”, añade Valencia.
Y esta es la aspiración de Bruselas, que quiere poner el foco en la producción de microchips y alcanzar en 2030 el 20% de la cuota mundial de fabricación de microprocesadores para no depender de terceros países. “Es una cuestión fundamental de independencia y soberanía tecnológica europea”, añade Valencia.
El papel de Europa y de España en la industria de los semiconductores y microchips
Europa se quiere centrar en la producción de microchips, la principal carencia de la región. Es la apuesta tanto de España como de la Unión Europea, que quiere asegurarse de que podrá intervenir el mercado para garantizar el aprovisionamiento de esta tecnología imprescindible en medio de la crisis de suministro que ha lastrado varias industrias.
Bruselas ya movió ficha hace un par de meses cuando publicó la Ley Europea de Chips, la norma comunitaria que pretende impulsar el sector en toda la región movilizando 43.000 millones de euros en la próxima década. “Para intentar dimensionar estas cifras, la surcoreana Samsung comunicó que destinará en los próximos cinco años 300.000 millones de dólares en semiconductores”, propone como ejemplo la patronal tecnológica AMETIC. Y enfatiza “cuán importante y estratégico es contar con un ecosistema soberano de microelectrónica, tanto en España como en Europa”.
De hecho, España pretende convertirse en el motor de esta iniciativa instalando fábricas de chips nacionales. Este objetivo ha sido trasladado con el PERTE de más de 12.000 millones de euros. “Si seguimos dependiendo de un segmento crítico de la cadena de valor de los semiconductores que está fuera de España y sobre el que afectan inestabilidades geopolíticas y económicas, de poco sirve que apostemos por el diseño o por el consumo porque no tendremos control sobre el ciclo completo”, indica Gabarrón.
La construcción de una fábrica de producción de chips requiere muchos años
Según apuntan los expertos consultados, con la llegada del PERTE y una vez se instalen fábricas de producción de microchips en España, “podríamos conseguir hasta un punto porcentual del PIB solo de semiconductores”. Sin embargo, la carrera será larga y difícil: fabricar semiconductores es caro y exige plantas tecnológicas muy sofisticadas.
“Si consideramos que la número uno a escala global en producción de chips es la taiwanesa TSMC, y que para conseguir liderar el ranking ha tenido que invertir de manera recurrente durante 30 años, podemos deducir que los resultados del PERTE no serán inmediatos, sino a futuro”, argumenta el experto de la patronal tecnológica. En definitiva, es un proceso largo en el que hay que ganarse la confianza del mercado con inversión, innovación, talento y proyectos, según añade Valencia.
Mientras tanto, el problema de desabastecimiento persistirá a corto plazo. “Las cifras de producción todavía son muy inferiores a las de 2019 y creemos que hasta principios de 2023 no asistiremos a una recuperación plena de la industria de la automoción”, indican desde ANFAC.
Lo mismo augura un informe de Deloitte, que insiste en que muchos de los problemas de escasez se mantendrán durante lo que queda de 2022 aunque no serán tan profundos gracias a mejoras que se están poniendo en marcha. “Cada vez más se producirán microchips en EE.UU., China, Japón, Singapur, Israel y Europa, una tendencia que se conoce como localización que consiste en acercar la producción de chips al siguiente paso de la cadena de suministro”, dice el documento de la consultora.
Fuentes
Informes de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC)
Informe de Deloitte sobre las perspectivas de la industria de los semiconductores 2022
Alfonso Gabarrón, portavoz de la Asociación Española de la Industria de Semiconductores (AESEMI)
Eduardo Valencia, director de Industria Electrónica y Nuevo Emprendimiento de la patronal tecnológica AMETIC